Palabras dichas por Paolo Remorini, Editorial Nazarí, el día de la presentación del libro, Gracias |
Cuando tuvimos la
oportunidad y el placer, hace unos meses, de descubrir el mundo poético de
Fernando, de leer y valorar sus textos, de conocer su historia personal y
familiar, nos dimos cuenta enseguida que sus poemas y sus quehaceres iban a
encajar perfectamente en nuestro proyecto. Los poemas de Fernando son la
manifestación más pura de lo que se entiende por “poesía”: buscan la belleza de
las palabras y de las imágenes, hablan desde, a través y hacia el corazón,
consiguen esa unión entre forma y sustancia tan dificil de encontrar y a la vez
tan buscada por cualquier poeta, dejando al descubierto toda la grandeza y la
vitalidad del alma humana. Realizan la definición de poesía de la escritora
Carmen Conde: “La poesía es el sentimiento que le sobra al corazón y te sale
por la mano.”
Fernando tiene la
maestría de saber utilizar el lenguaje y la métrica tan bien, que sus versos
parecen surgir de una forma tan sencilla y directa que casi asusta, es como si
a Fernando no le haya costado nada escribirlos, como si cada uno de esos poemas
tuvieran una única forma de ser concebidos y compuestos. No sé si Fernando
puede confirmarme lo aparentemente fácil que fue para él escribir esas
“cosillas”, como él las llama, creo que sí, en el sentido de que cada uno de
los versos de este libro ha salido ya limpio y perfecto de la mente de
Fernando, como si él solo fuera el vínculo entre el Parnaso y el papel blanco,
ya que, como expresaba Paul Valéry: “Los dioses facilitan el primer verso; los
demás, los hace el poeta.”
Y este es, quizá, uno de
los mayores aciertos del libro. Ver con claridad que todavía existe, también
dentro de una sociedad y una cultura que sigue adelante con muchos apuros y
dificultades, un hombre, un escritor, un poeta, que sabe expresar sus emociones
y la belleza de la vida con tanta destreza y sabiduría.
De hecho, este libro
tenía, en su primera versión, otro título: “Palabras del Alma”: título que bien
evidenciaba el manantial de la lírica de Fernando cuya esencia brota palabras
de amor y de belleza, de emociones y sentimentos, de vida y de providencia,
materializando a la perfección la profecía de Novalis, poeta y filósofo alemán:
“Cuando un poeta canta
estamos en sus manos: él es el que sabe despertar en nosotros aquellas fuerzas
secretas; sus palabras nos descubren un mundo maravilloso que antes no
conocíamos.”
Por estos motivos, entre
otros, es para Nazarí todo un honor contar en su catálogo con “Nadie me
esperaba” que, estamos seguros, no decepcionará a ningún lector que quiera
acercarse a su magnífica poesía.
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