viernes, 23 de mayo de 2014

Tiempo de amor...

Cío Cuéllar  (cajón desastre)

Besos...
Besos de esos,
Que duran toda una vida,
Besos...
Besos, abrazos, besos,
Con los brazos dulcemente,
Con los labios suavemente,
Hasta hacer que nuestras bocas,
Lleguen a quedar fundidas,
Fundidas en una sola
En largo deseo unidas, 
Como la arena y la ola,
Como páginas de un Libro,
Que de a poco va y deshoja,
El envoltorio de ropa
Dejando abierto el camino.

Murmullos de tenues sonidos,
Tenues, que no se sintiera
Donde se dijo un te quiero,
Ni de donde ese suspiró
Donde la caricia fuera,
Donde se fueron los besos,
Ni cual fue su recorrido...

Los besos...
En lo suave de tu piel,
A tus labios encontraron,
Por ese largo camino,
Del mapa que dibujaron
Los límites de tu ser.

Y tu pecho...
Sintió el calor que irradiaba,
En el momento preciso,
En qué volvieron a unirse
Los labios que se buscaban,
La estancia templada estaba,
Blanca ansiaba recibirte
Toda la gran explanada.

Y los labios...
Y las manos...
Recorrieron sin descanso,
La extensión de una princesa...
Hasta su boca de fresa,
Y conociendo el camino,
No pararon los deseos,
No pararon los abrazos,
Y no pararon los besos...
Se rindieron los dos cuerpos,
A la pasión desmedida
Como sí en ello se fuera,
En las caricias, la vida,
En un amplio desatino
De pasión y desenfreno.

Luego...
Deteniéndose un momento...
Volvió la boca a los labios,
Cuando de nuevo fundidos, 
Después de aquellos instantes
De ardor tranquilo y constante
En un largo sentimiento,
Quedaron por fin unidos,
Ambos en un solo cuerpo,
Ambos...
Ambos sin sentido,
Como
El susurro ligero 
De aquellos labios surgido.
Al final de un suave beso...

Sólo se oyó un gran TE QUIERO... 

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